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  • Foto del escritorFundación Hikari Yami

Rebusque colombiano en tiempos COVID-19

El 25 de marzo de 2020 se le dio inició a la cuarentena preventiva en el país decretada por el Gobierno colombiano, causando un cese en las actividades de producción y en todo trabajo que dependiera de la presencialidad. Semanas después se empezaron a reportar despidos masivos por parte de las empresas, microempresas y demás negocios pequeños e independientes de diferentes sectores, ya que al no tener cómo generar ingresos no tenían cómo pagar el sueldo a sus trabajadores. Según las cifras dadas por el DANE, en marzo del 2020 el desempleo aumentó del 12% al 13,4% y al día de hoy no se conoce una cifra exacta.


Foto de: KienyKe


Trabajadores del común quedaron desempleados sin tener una base para el sustento propio y el de sus familias. Personas como Jenny Castañeda quien se desempeña como docente auxiliar de atención a la primera infancia en un colegio privado ubicado en el municipio de Cájica. El día 30 de abril Jenny fue despedida puesto que los padres y acudientes de los niños del jardín fueron retirándolos uno a uno debido a que los padres aseguraron que a pesar de que ella es una excelente maestra y de que se esforzó por encontrar la manera de seguir dictando clase a sus estudiantes desde la virtualidad sus niños no estaban aprendiendo nada desde casa.


La misma situación vivió Diego Cardenas, copropietario de “Rutas Clarita” una empresa familiar dedicada hace 10 años al transporte escolar en el barrio Bolivia en la ciudad de Bogotá. Desde el día 25 de marzo, mismo día en que empezó la cuarentena preventiva, Diego y su familia quedaron desempleados, sin como generar ingresos, pero con gastos, impuestos y deudas por pagar, situación que los afectó gravemente debido a que esta era su única fuente de ingresos.


Un caso muy similar vive Daniel Campos, un joven de tan solo 19 años que laboraba en “Cocoa” reconocida casa de banquetes de la ciudad de Bogotá. Al no poder realizar eventos y no tener cómo sostenerse, la empresa debió cerrar sus puertas indefinidamente desde el día 6 de abril, dejando sin trabajo a todos sus empleados. Daniel, quien con su sueldo mensualmente pagaba la cuota del instituto donde estudiaba, no pudo seguir haciéndolo por lo que se vio en la necesidad de posponer sus estudios hasta poder volver a recuperarse económicamente.


Para ninguno de ellos quedarse de brazos cruzados fue una opción, todos buscaron la manera de obtener dinero para sostenerse por sus propios medios. Como lo afirma Jenny, la palabra clave de lo que lleva este 2020 es “Reinventarse” y esto conlleva a explorar una nueva faceta en sus vidas relacionada directamente con el emprendimiento. Por su parte Jenny encontró la forma de seguir dando clases dentro de su casa, también trabaja preparando gallinas criollas por pedido y además trabaja haciendo ventas vía WhatsApp y así poder ganar dinero por comisión.


Foto tomada de Facebook: Arepa Monster.


Diego y Daniel se inclinaron cada uno por su parte hacia el lado de las comidas. El 25 de abril Diego, junto con su familia y el poco capital que lograron reunir, inició un negocio de venta de tamales por pedido, arriesgándose a perder el poco dinero que les quedaba. Gracias a su esfuerzo y constancia en un mes el negocio dio frutos y les generó el dinero suficiente para cubrir sus gastos e iniciar un nuevo negocio de ventas de mascarillas faciales y tapabocas para las industrias.


Daniel inicio un negocio de comidas rápidas desde su casa haciendo uso de las redes sociales para publicitarlo. Su mamá, su hermano y sus dos primos se unieron a él debido a la gran demanda que empezaron a generar sus productos. Aunque arriesgándose a ganar una multa por no contar con el permiso especial para estar fuera de su casa mientras entrega los domicilios durante la cuarentena, logró hacer que su negocio prosperara.


Lo que estas tres personas tienen en común es que en medio de la crisis lograron encontrar una solución a sus problemas económicos, en el caso de Jenny y Daniel encontraron la posibilidad de generar más que un apoyo económico una independencia y autonomía laboral. Más allá de la subsistencia, lo que genera el reinventarse es desarrollar la capacidad de llevar a cabo transiciones y adaptarse a los cambios inesperados que se dan a lo largo del tiempo.


El Covid-19 ha puesto a prueba las capacidades, conocimientos y destrezas de las personas pero mas que eso ha puesta a prueba sus ganas de salir adelante. Como lo indica Diego Contreras, “los trabajadores informales y los independientes no se pueden quedar esperando ayudas del gobierno que tal vez nunca van a llegar”, en ninguno de estos casos recibieron algún tipo de ayudas ni Jenny por ser trabajadora del sector salud, ni Diego por verse afectado como trabajador independiente, ni Daniel por ser estudiante. Las ayudas fueron pensadas en principio para las poblaciones más vulnerables económicamente, pero no se tuvieron en cuenta los demás pilares de la economía colombiana.


Escrito por:

Karen Shirley Cruz y José Antonio Polo

Estudiantes Universidad Minuto de Dios.







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